12.4.10

TIMIDEZ

TIMIDEZ
Todos nos hemos sentido tímidos en ciertas circunstancias, incluso los que han sido más audaces. Sin embargo a causa de la timidez unos la pasan regular un rato, y otros la pasan verdaderamente mal permanentemente. Hoy día la Psicología que ha ocupado como nunca antes del estudio de la timidez, porque ha descubierto que se halla detrás de problemas de alcoholismo u otras adicciones, detrás del fracaso, y asociada a trastornos tan serios como la depresión, o como causa fundamental de la soledad.

Y viene a mi mente el caso de un amigo, que era demasiado formal, una persona bastante educada y con ciertos gustos algo exquisitos para el común, le gustaba tocar el piano, había aprendido alemán de forma autodidacta y cosas así, sin embargo detrás de ello había un muro de contención hecho de hábitos tímidos. Era un observador constante y celoso de su propia conducta, y era el más implacable crítico consigo mismo, se tornaba torpe, silencioso y poco locuaz en presencia de extraños y sobre todo en presencia de mujeres, tenía tanto que aportarles pero tan pocas ganas de decirlo. Incluso vive cambiando de amigos a cada rato, y los pocos que conserva son tan tímidos y tan poco arriesgados que una charla con ellos es, sin duda, el mejor remedio contra los males de sueño.


El tipo de personas tímidas siempre están evaluando su propio comportamiento, es como si una luz les alumbrara constantemente la cara y permitiera que todos sus pequeñas imperfecciones se vieran inmensas.


Hay grados de timidez, y no todas las personas son igualmente tímidas, de hecho, uno puede decir que hay niveles menos crónicos y otros más crónicos, éstos se caracterizan por una mayor distancia hacia las personas, y un mayor sufrimiento por no lograr aquello que la persona desea: compañía, éxito, reconocimiento. De hecho hay tímidos que hacen lo justo, y eso les basta, y uno los encuentra con parejas, acompañados de mujeres, sin embargo, dentro de su relación afectiva son apocados, con poca iniciativa, incluso recelosos en la intimidad, lo cual termina por generar vínculos aburridos, monótonos, rutinarios.
De hecho los tímidos buscan a través de conducta

s compensatorias recuperar un poco del poder que no pueden expresar por sus características de personalidad. Y se encuentra uno por ahí un montón de tímidos agresivos, tímidos déspotas, incluso algunos que se las dan de graciosos por momentos, y que buscan llamar la atención así el precio sea provocar dolor a los demás, pues son antipáticos, maleducados, pedantes.


¿Qué ocurre en el cuerpo del tímido? Se pone rojo con facilidad, el corazón le late rápido, le sudan las manos y la frente, se le hacen nudos en la garganta, tiembla, puede sentir mareos, tiene sensaciones constantes de estar perdido, de no tener el control.


¿Qué piensa el tímido? Piensa negativamente sobre sí mismo, tiene miedo a ser juzgado negativamente, vive excesivamente preocupado, le da vueltas obsesivamente al mismo tema, incluso si el tema son mujeres se encapricha fácilmente, y no se la puede sacar de la cabeza, siente culpa, tiene la autoestima debilitada, presenta dificultad para tomar decisiones, se confunde fácilmente y se bloquea.


¿Cómo se comporta el tímido? Con inhibición, pasividad, evitación de las situaciones temidas, voz débil, tics, movimientos rápidos de las manos, discurso entrecortado.


A la conquista de la mujer tímida
Sobre las mujeres introvertidas y tímidas, las cosas son muy simples, deberás ir con calma y con una seguridad a prueba de balas, pues ellas generalmente descartan a las personas poniéndose distantes y a la defensiva. De hecho, puedes sentir que entre más te acercas ella más se aleja, lo cual es una estrategia para probar a aquellas personas que se acercan, y es una manera de mostrar que sus emociones se distancian para mantener una frialdad que la proteja.


En general deberás buscar conversaciones profundas, donde le digas cosas de ella misma, no te vayas por las ramas o por temas superficiales, tienes que ser diferente, y la manera en que te puedes desmarcar es tocando constantemente sus emociones, con historias trascendentales, incluso trágicas, sentimentales, que involucren decisiones o dilemas. Para ellas es muy importante que les pidas opinión, esto es, que sientan que son inteligentes y sabias, y que de alguna manera les entregues una parte de tu vida para que la solucionen.


Mientras que con otras mujeres podrías acelerar el paso, con una mujer debes ir poco a poco, si te apresuras ella puede cerrar la puerta y dejarte por fuera, se puede sentir invadida o intimidada, así que la seducción clásica funciona de maravilla con ella, pequeños indicadores de interés y actitudinales aquí y allá, un paso adelante y otro atrás, mucha charla interesante, tocarle el cerebro con temas donde ella se apasione al hablar, no ser invasivo al dar besos demasiado pronto o sugerir intimidad rápidamente, podrás espantarla. Algo importante, si te ganas su admiración la tendrás.


Si logras hacer reír a una mujer tímida, si logras cautivarla con inteligencia y con tu mente, y si respetas sus silencios y los momentos donde se “pierde” puedes tener a una maravillosa mujer a tu lado. Tienes que tener en claro que el proyecto de conquista lleva su tiempo y que tienes que vivir tu vida mientras trascurre el proceso sin afanarte mucho. Nunca la halagues de más, ellas son muy analíticas y sabrán cuándo estás tratando de obtener otra cosa, ellas siempre piensan y analizan lo que sucede, así que deberás ser muy sutil, incluso llegar ante ella sin representar un peligro, como un inocente desconocido que luego resulta mandando mensajes ambiguos que ella puede leer como invitaciones a la confianza y también como insinuaciones claramente románticas.


Por último, seducir a mujeres tímidas es como bailar un tango. Cuando aprendes a bailar tango te enseñan que el hombre es quien lleva el ritmo y la mujer quien lo sigue de forma totalmente pasiva, pues algo semejante ocurre en este caso, con las personas tímidas deberás tomar el 100% de la iniciativa, llamar, buscar, invitar, etc. Tu papel de hombre será el de llevar las riendas.

La timidez está en nuestra mente. Es un estado de creencias que hemos desarrollado, una enorme cantidad de mentiras que hemos elaborado, y las hemos creído todas.


Una de las consecuencias más de la timidez es la inmensa soledad de quienes la padecen. Hoy día por la tecnología y el constante agite de la vida moderna las personas están cada vez más aisladas y desconectadas, incluso no es sólo un problema de los tímidos, aunque sin duda son los que más la sufren, también personas espontáneas y extrovertidas tienen que lidiar con una soledad que corroe sus espacios personales, las personas sólo comparten ciertos momentos, pero de vuelta a casa están cada vez más solitarios e incomprendidos. Para el tímido la soledad es más frecuente, incluso en sitios con muchas personas el tímido se siente aislado, y la razón es que no puede conducirse amistosamente, o como una persona cálida, generosa, animada y cordial. Los tímidos a duras penas cruzan palabra con sus compañeros de oficina o universidad. No sonríen y temen hablar con desconocidos, lo cual es el inconveniente principal a la hora de seducir, pues no se atreven a romper el hielo con una desconocida.


Lo más irónico de la timidez es que al tímido no le faltan palabras, sin embargo todas están convertidas en pensamientos que dirigen hacía sí mismos. Qué maravilla sería si todas esas palabras fueran hacia los demás. Y acá hay una distinción importante: hay tímidos introvertidos o hacia adentro, y tímidos extravertidos o tímidos hacia afuera. Los introvertidos traducen cada cosa que hacen en términos de sentimientos subjetivos y de miedo a ser vistos como inhábiles y débiles. Los tímidos extravertidos se estresan por su conducta y por su fracaso a la hora de actuar socialmente, y tienen mucho menos dificultades que los intravertidos: si son lo suficientemente inteligentes pueden funcionar perfectamente en las relaciones sociales porque intuyen qué es lo que deben hacer para caer bien a las personas, para ser aceptados. Sin embargo el precio de su éxito es que se vuelven robots sociales, no hacen las cosas por un sentimiento de hacerlas, sino porque han aprendido que eso funciona. Quizá tu primer paso sea ese, y no está del todo mal. Lo importante es que te funcione. El tímido extravertido no parece tímido, aunque en realidad sí lo es, sin embargo el gasto energético es muy grande, ese es su precio a pagar.
Escrito AB.

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