24.12.12

Deja de ser un pendejo



Seguro has vivido esta escena: te encuentras en un sitio, tomando algunas cervezas, con tus amigos y quizá con algunas de las novias de tus amigos. Siempre estás observando a ver qué pasa con las mujeres en el sitio, siempre observando el panorama a ver qué despierta tu atención. Hasta que llega ella: una mujer hermosa, que te deslumbra, no puedes dejar de mirarla y analizarla, además de sus atributos te quedas mirando sus ojos, esa hermosa sonrisa y ese par de hoyuelos que se forman en sus mejillas cuando ríe a carcajadas con sus amigas. Ella aún no nota tú presencia, con lo cual puedes detallarla e inferir, a primera vista, rasgos de su personalidad, es hermosa, se expresa con propiedad, se mueve como si dominara la escena, y tiene una mirada reflexiva y pensativa que te hace pensar que ella es profunda y, quién sabe, incluso espiritual.
Imaginas estar con ella, tu mente recrea diferentes momentos y escenas con ella, besándola en la playa, robándole un beso mientras caminas por el parque, haciéndole el amor por primera vez, y descubriendo que lo que había por debajo de la ropa era aún más hermoso de lo que pensabas. Hablando interminablemente y conociendo su vida, cocinando juntos, presentándola a tus amigos como tu novia, consolándola mientras llora. “Buenos tiempos” piensas.
¡Despiertas! Les dices a tus amigos que te encanta esa mujer, que la miren. Algunos más disimulados que otros voltean a verla y la admiran. Es unánime, es una mujer muy atractiva. Las novias de tus amigos te animan a hacer algo, tus amigos también.
Tú no haces nada.
La velada termina. Sales a la calle, te despides de tus amigos y de sus novias. Ellos se van a disfrutar de la pasión, del amor, del romance, del sexo, de lo que sea. Tú vas para tu casa pensando en el cuerpo, en la cara, en la sonrisa, en los ojos de aquella mujer, en la voz que apenas lograste distinguir de entre el bullicio del sitio.
Guardas su recuerdo, te dura un tiempo.
Te sientes un completo pendejo.
¿Te suena familiar? Estoy seguro que sí… Son momentos como ese los que hacen que tu nerviosismo con las mujeres salga a flote, nerviosismo que se incrementa con el grado de belleza de la mujer, son esos momentos los que hacen que fantasees en tus noches de soledad, con ser el hombre que no eres y estar con la mujer que no estás, donde te culpas por tu pendejada con las mujeres, donde deseas cambiar y te mueres de miedo.
Las mujeres huelen esa pendejada, y hacen que no te pongan atención, o que en algún punto deseen darte un golpe en la cabeza a ver si la tuerca de la valentía y la confianza se ajusta. He oído a mujeres que me dicen “me gusta mucho, pero es un pendejo, no se da cuenta, no hace nada, se pone todo nervioso”, yo callo un momento y digo “sí… es un pendejo… así era yo”.
Pero vamos a definir qué es un pendejo. Es el típico tipo, promedio, normalito, que no destaca por mucho (excepto por su inteligencia quizá), que se derrite por cada una de las mujeres atractivas que pasan por delante, no se fija si la mujer es una snob, superficial, o profunda, emo, metalera, controladora, histérica, neurótica, con novio o soltera, dulce o con gran personalidad. De lo único que se fija es que sea hermosa, si ella es atractiva él está feliz.
Una gran proporción de los nervios con las mujeres hermosas procede de la forma en que piensas y tratas a esas mujeres. Este tipo de procesos lleva a que tengas un estilo de pensamiento y conducta donde pones a las mujeres atractivas en un pedestal, cada vez que ves a una mujer así piensas “¡Oh Dios, que mujer tan hermosa!”, y con ello conjugado con tu timidez y nerviosismo lo que sucede es que te vas alejando y alejando de la posibilidad de acercarte a una mujer así (excepto en tus pensamientos).
¿Por qué sucede eso? Es la gran pregunta y me propongo en este programa contestarla:
1. Tu estima está baja: Ella se mueve y tus ojos la siguen a ella, la miras esperando no ser descubierto, pero las mujeres, que tienen ojos en la espalda, descubren que la miras y descubren también lo que imaginas, por una razón sencilla: no es la primera vez que le sucede, y ella tiene un sensor de hombres deseosos y está pendiente para evadirse de ellos. Le has comunicado de una forma no verbal que la deseas. Tú crees conocerla sólo porque se ve atractiva. Cuando una mujer ve esto lo que piensa de la autoestima de este tipo es que A) que es tan baja que lo único que sientes es deseo en lugar de pensar en conocerla; B) Que eres uno más del montón; C)No tienes estándares definidos para escoger una mujer salvo su apariencia; D) No eres lo suficientemente valiente como para acercarte al menos a conocerla.
2. Estás afirmando que ella está fuera de tu alcance: La mayoría de las personas ama la atención que puede generar entre potenciales admiradores. ¿Quién no disfruta de un cumplido o un gesto amable de las otras personas? Esa clase de atención eleva el ego pero mata la atracción, o el efecto atractivo que puedas transmitir a las mujeres.
A las mujeres les gustan los caballeros. Pero no les agradan los lambones, los que se pasan de la raya en halagos recién la conocen, y menos cuando esos halagos están dirigidos a la parte física, piensan que los que hacen eso son hombres del montón, necesitados y de desconfiar. El punto es que los puedes hacer pero en una forma en que los haces de forma muy segura y con un estilo muy particular.
Un hombre no puede derretirse por alguien, y mostrarse deslumbrado por una apariencia de una desconocida. Una cosa es sentirse admirado por alguien, y quienes tenemos una relación hemos iniciado con una inmensa admiración, pero lo que se necesita es respirar, tranquilizarse, pensar y actuar, pero no empezar a botar la baba por alguien. Es totalmente opuesto a generar atracción. Las mujeres piensan que si te prestan atención tu estarás pensando en “oh! Pero qué suerte tengo!” Lo cual te quita valor, y te pone en el lugar del que piensa que ella está fuera de su alcance (muy arriba, para el bajo nivel que tienes). Las mujeres saben cuando tú piensas que ella está en otra liga diferente a la tuya, y aprovechan esa información…
3. Te pone en la categoría de un “tipo cualquiera”: El ser pendejo te pone en la posición de “soy un tipo desafortunado que solo fantasea con las mujeres, no soy capaz de hablarles de otra cosa que no sea de lo atractivas que son, se me nota a primera vista que me derrito por ella, y estoy solo desde hace muuucho tiempo”. Eso es justamente lo que comunicas, y lo que compartes con muchos otros hombres que ella conoce y con los cuales se encuentra día por día. Eso es lo que muchos hombres hacen y comunican. Las mujeres son muy intuitivas y desean hombres seguros, verdaderos hombres que vayan más allá de lo físico y lleguen ante ellas con una conversación diferente, una táctica diferente, una posición donde hablan como si fuera un ser humano normal, no como si fuera una actriz de cine gringo que acaba de conocer donde lo único que le falta es ponerle la alfombra roja, tomarle una foto y pedirle un autógrafo. Lo mejor que puedes hacer con el atractivo de una mujer es ignorarlo en primer momento y hablarle a sus ojos, a su cerebro y a sus emociones, luego le podrás hablar a su deseo…
4. Te pones en posición de debilidad y no de poder: El pendejo se ha entrenado durante meses en tener la misma respuesta emocional y mental cuando estás con una mujer hermosa. Estás con un patrón, un condicionamiento, un ancla donde las mujeres hermosas te sacan de control, se te sale la lujuria por la mirada y actúas de la manera en que lo haces. Ni siquiera tú lo controlas, es lo que los psicólogos llamamos una compulsión, es decir algo que no se escoge, que no se controla, que se da cuando un estimulo aparece, así como cuando aparece una deliciosa Coca Cola tu deseas beberla en un día de verano caluroso.
El poder viene de la posibilidad que tienes de escoger. La pérdida de la posibilidad de escoger implica pérdida de poder sobre ti mismo (dominio de sí) y pérdida de los resultados que puedes obtener en tus circunstancias, éstas te manejan a ti y tú no las manejas a ellas. Generalmente los hombres más necesitados son los que menos dominio de sí tienen, los que más fácilmente caen en infidelidades, los que menos carácter tienen y le dan la espalda a las personas, amigos, familia por una mujer atractiva.
¿Cuál es la alternativa entonces?
Lo pondré clarísimo: DEJA DE ESTAR NERVIOSO FRENTE A LAS MUJERES Y MUÉVETE A UN LUGAR DE PODER.
Tener esta posición implica desarrollar un hábito, necesitas entrenarte para cambiar la compulsión de reaccionar en la forma en que lo haces, de pensar en la forma en que piensas y en comunicarte con las mujeres en la forma en que te comunicas. Te propongo algunas cosas:
1. Deja de hablar con tus amigos de mujeres atractivas: Hay un sentido de camaradería entre hombres que nos lleva a comentar y hacer bromas sobre las mujeres atractivas, es un sentido de interés común, así como las mujeres hablan de nosotros con sus amigas. Pero lo que más cuenta es que tengas éxito con las mujeres más que hacer unas cuantas bromas y comentarios sobre ellas.
Pasársela hablando de mujeres con los amigos refuerza algo negativo con algo positivo, tu comportamiento negativo de hablar y emocionarte con mujeres hermosas se ve premiado con la aprobación social que obtienes de tus amigos, que ríen y pasan un buen rato con los comentarios de un lado y otro. Lo que te propongo es que para iniciar el hábito de poder dejes de decir cosas como “Oh… ¿viste esa mujer” o “Dios mío que mujer miren…”. Acostumbra a tu mente pensar en formas de acercarte, establecer conversaciones y conocer a esa mujer en planos diferentes al físico. Comparte con tus amigos cosas diferentes a hablar de mujeres, por ejemplo el deporte.
2. Entiende que la belleza no es la gran cosa: Nuestra cultura valida y vive en torno a las personas hermosas, se les perdona todo y se les pone como modelos, las vemos en todas partes y todo el mundo quiere ser hermoso, deseable, etc. Generalmente esa belleza se acompaña de personalidades destructivas, vacías o insoportables. Los hombres que son más exitosos con las mujeres van más allá de su belleza y las ponen en un lugar de “ser humano”, buscan su atractivo emocional, espiritual y por eso resultan teniendo noviazgos y relaciones con ellas, porque a su vez éstas mujeres descubren que las miran por otro lado. Los hombres exitosos que no están necesitados buscan algo más que lo exterior, porque saben que eso cansa e incluso empalaga con el tiempo si no está acompañado de riqueza interior.
Hay belleza interior acompañada de belleza exterior, eso es un hecho. Y tener una mirada profunda te ayudará e evitar caer en relaciones equivocadas y perjudiciales.
3. Desarrolla estándares con las mujeres: Es decir, pon un límite en lo que deseas que ellas sean para ti. Qué es lo quieres y qué es lo que no deseas, por más bonita que sea la envoltura. Ellos te permitirán tener una mirada profunda, en lugar de una simple mirada superficial.
Algo me parece curioso, algo que va en la dirección de nuestros pensamientos, nuestra mente dice algo así como “¿Será que soy digno de ella? ¿Estaré a su nivel?”, y no nos preguntamos si ella está al nivel nuestro, si merece lo que ofrecemos, si nos aportará cosas buenas y maravillosas a nuestra vida. ¿Ves como cambias a un lugar de poder al cambiar la dirección de tu pensamiento? Te has puesto en un lugar de control, donde tú puedes escoger y no solamente deseas, como en un Reality Show, ser escogido. Eso te hace pasar de necesidad a posibilidad, la posibilidad real de estar y compartir con alguien. Algunos temen poner estándares porque piensan “con lo que caiga estoy feliz”, y eso es una gran mentira, porque al final termina de caer lo peor o no caer nada.
Recuerda las mujeres huelen la confianza y la autoestima y adoran los retos.
¿Les pones realmente retos? O ya las apruebas porque están atractivas… Piensa en eso…
Desarrollar estándares también te permite desarrollar los tuyos propios, buscar personas motivadas, energéticas y alejarte de las pesimistas, de las indiferentes, apáticas, necesitadas y resentidas. Si compartes la mayor parte de tu tiempo con las personas equivocadas terminarás por volverte como ellos: un deseoso necesitado que no hace sino fantasear e incapaz de tomar acción sobre su carácter, tener la seguridad de exigir además de belleza un complemento adecuado, terminarás por ser uno más, débil e inseguro.
Debes generar un entorno adecuado a tus estándares, lo que deseas de tus amigos, de tu novia, de los que te rodean, y merecerlos. Crear y mantener estándares atraerá a más personas en tu vida, le dirás que no a muchas personas en el camino, pero pondrás en claro tu valor y serás consistente y coherente, virtudes que las personas valiosas y las mujeres valiosas persiguen y desean.
La necesidad es la raíz del miedo, la soledad y la baja estima. El poder de escoger te mostrará que puedes ser selectivo, feliz y desarrollar carácter, ver a la belleza de frente y desafiarla, no temerle, evaluarla, y a la larga conseguir la belleza que no envejece con los años.
Vale la pena el giro, ¿verdad?
Escrito A.Bonilla

13.12.12

Prejuicios Sobre el Sexo



Hoy hablaremos de sexo, y la verdad es cuando escudamos esta palabra se nos ocurren muchas ideas, y muchos tópicos que pensamos abordar en este programa, que esperemos no se vea demasiado desordenado, pero el hilo conductor es el sexo, y más específicamente la pregunta, ¿Qué hacemos para quitarnos ciertos mitos de la cabeza en lo que a sexo se refiere? Ciertos mitos que involucran lo que las mujeres quieren, lo que no quieren y lo que podemos ofrecer.
Quiero comenzar diciendo que una de las cosas más atrayentes para una mujer es un hombre que hable abiertamente de sexo, de su sexualidad, y que se muestre abiertamente sexual. Cuando no haces esto las mujeres te ubican en un incómodo cajón asexual, donde están los ángeles, santos de su devoción, Yoda y Winnie the Pooh. Muchos hombres son así, no es una cosa escasa, de hecho la gran mayoría son bastante conservadores en cuando a vocabulario se trata, incluso los he visto escandalizarse cuando escuchan a mujeres hablar sin tapujos de cosas sexuales, de hecho a veces las mujeres los abochornan intencionalmente para reírse un poco de ellos cuando se ponen rojos o bajan la mirada.
Juegos tontos donde los más buenos son los que caen, como siempre. Y es que para algunos ser hombres se les complicó un poco: tienen un montón de hormonas que les gritan sexo por doquier, sin embargo temen pasar por pervertidos si expresan su deseo sexual de frente a una mujer, así que reprimen su deseo, lo cual hace que se vuelvan más torpes, más neuróticos, más llenos de pequeñas mañas, lo cual a la postre es el mayor obstáculo para conseguir mujeres y tener sexo. Cuanto más lo desean más se les escapa.
Viendo estas ciudades pienso que el deseo está más preso que nunca, la cultura e influjo religioso de nuestros países ha marcado un inclemente conservadurismo que se ha llevado por delante tanto el deseo masculino, como el deseo femenino, y vivimos literalmente una doble vida: ocultando el deseo y sacándolo, a escondidas, con quien podemos.
Los miedos masculinos: Ufff, son muchos y muy variados. Voy a decir un par que hasta ahora se me vienen a la cabeza, y que han hecho daño hasta más no poder.
1. Las mujeres son ángeles caídos del cielo que piensan primero en romance y luego en sexo. Muchos hombres piensan que las mujeres son entes abstractos, ideales, que están más allá del bien y del mal y que privilegian lo romántico, lo emocional, por encima del sexo. Pues eso es cierto… en parte. Si bien las mujeres son más emocionales, cuidan más los vínculos y les gusta el romance, también adoran el sexo. Incluso si sabes cómo hacerlo, podrás tocar (literal y metafóricamente) su centro sexual, hacerlas que entren en contacto con ese ser hedonista y sexual que busca placer a cantidades ilimitadas. El asunto es: ¿hasta qué punto estás dispuesto a romper los límites? Por ejemplo, buscar intencionalmente una conversación sexual, a no disimular una mirada a su escote, a su trasero. ¿Qué importa? A las mujeres les gusta, y si no eres ordinario, sino que combinar la sutileza con ser evidente lograrás llamar su atención en un nivel sexual. Las mujeres creen que si piden una relación solamente sexual, sin compromisos, nosotros las catalogaremos como mujeres fáciles, y no siempre es así, yo he encontrado a muchas mujeres que piensan que por estar solas eso no significa que dejen sus hormonas y sus fantasías de lado, incluso muchas de ellas desean encontrar un hombre sin prejuicios con el cual puedan divertir el cuerpo mientras llega el “amor verdadero”. ¿Cómo puedes abrir esa compuerta? Con una charla asiendo alusión sobre el tema que tocaron en corrosivo, por ejemplo. Y sobre todo, quitando de tu mente ese prejuicio que dice que las mujeres se van a escandalizar con el tema sexual, que lo van a evitar, y que vas a quedar como un necesitado si lo abordas.
2. Las mujeres son máquinas sexuales, que han experimentado y que son demasiado exigentes. Este es otro complejo masculino, sobre todo de los principiantes, aquellos hombres con escasa o nula experiencia sexual. La creencia es esta: las mujeres son excelentes en la cama, y unas totales demandantes que me harán sentir ridículo e inútil si no colmo sus altos estándares de rendimiento sexual. Pues bien, te diré algo, más allá de toda la basura de las revistas Cosmopolitan, Vanidades y los artículos de sexo sobre el multi orgasmo femenino y lo “difícil” que es para ellas llegar al orgasmo, la vida real es muy, pero muy diferente.
En primer lugar, una cosa es lo que la gente dice, cree o presume. Y todos, de la cama para afuera presumimos de ser verdaderos dioses de sexo (eso me trae a la mente a cierto personaje que me decía que las mujeres, en general de 19 años, le decían que era un “Dios” en la cama, yo me reía y se me ocurría “vaya, pero esas mujeres no deben tener mucha experiencia la verdad). El punto es, las mujeres hablan de grandes hazañas, los hombres de osadías inmensas dignas de Hércules o del mismísimo Eros. Pero cuando uno va al punto, a la cama, levanta las cobijas y se queda en las sábanas la realidad puede ser muy, pero muy diferente, por no decir decepcionante.
Todos mienten…
Todos mentimos…
Recuerdo a una mujer, hermosa, con senos operados, rubia y con ojos verdes, todo un deleite para la vista, que hablaba sin parar de sus habilidades sexuales, sin embargo al momento del sexo, totalmente inmóvil, carente de imaginación, plana, sistemática, aburrida. Era una típica histriónica, de esas mujeres que se divierten levantando el deseo sexual masculino, poniéndose en el lugar de sus fantasías, mujeres seductoras, desinhibidas, de esas que se exhiben en las discotecas. Y al final una estafa de las grandes. Y me dirás ¿pero es sólo un caso? Créeme, en lo personal, he padecido esa paradoja, grandes expectativas y final decepcionante, incluso un sicólogo terapeuta nos comenta sobre muchísimos casos así, mujeres come hombres por fuera, y en las sábanas, frígidas, con disfunciones sexuales, planas, petrificadas, desabridas.
No todo es como parece.
De hecho, y aunque les suene a herejía y sus oídos no lo soporten y tengan que volverlo a escuchar. Las mujeres que no son tan hermosas, esas mujeres normalitas, con un poco de imperfección, que no tienen la cintura perfecta, y algunos kilitos encima, son mejores amantes que las modelos.
Ya puedes refregar tus oídos y volver al programa. El punto es, los hombres viven muertos del miedo por el juicio femenino, y las visualizan como verdaderas amazonas que están a punto de reírse de tu inexperiencia o de tu entrepierna. Las mujeres distan mucho de ese imaginario, en general, tienen los mismos “complejos” que tú, temen quitarse la ropa por esos kilos de encima, por ese par de estrias en su trasero, también temen que las juzgues, también temen que las critiques. Es lo mismo, lo que pasa es que no lo sabemos. Cuando se tienen que quitar el Wonder Bra, cuando el sudor de la pasión hace que se les caiga el maquillaje, cuando el pantalón deja afuera deja ver unos muslos no muy tonificados, créeme que sufren, y por eso te dicen cosas como “mejor con la luz apagada”.
Algunas mujeres me han dicho “yo quisiera estar rebuena”, y yo simplemente les digo “si estuvieras “rebuena” serías una estafa mayúscula”. La mayoría de las veces se quedan pensando en qué fue lo les quise decir.
El caso es que quítate esos miedos de encima, esos miedos que no te permiten enfrentarte a la sexualidad con libertad y con confianza.
Otra situación, las fantasías femeninas nos dicen mucho más de ellas que lo podemos ver a simple vista. ¿Sabías que una de las fantasías más frecuentes es la de tener sexo con un extraño? Ahora bien, ¿qué pasaría si ese extraño eres tú? Pero un momento, ahora me acuerdo que tú crees que las mujeres son criaturas celestiales sin deseos. Lástima, ese extraño no serás tú… pero seguramente seré yo…
Repasemos un poco las fantasías femeninas más populares y adentrémonos dentro de un concepto que quiero mostrarles para que de una vez por todas dejen los miedos, la timidez y los prejuicios. El concepto es equivalencia compleja, y nos indica que una cosa quiere decir otra cosa. Me explicaré: cuando una mujer dice que quiere un hombre musculoso, no implica que eso signifique sólo eso, implica que dentro de su mente la palabra “músculos” equivale complejamente a “protección”, en últimas lo que ella desea es protección. Si eres capaz de dársela, no necesitas ser uno de los protagonistas de la película 300 para que ella te vea como su protector. Si encontramos la equivalencia compleja podemos acercarnos a lo que ellas verdaderamente desean y a lo que tú les vas a ofrecer.
1. Dominación: Es la fantasía en la cual ella desea ser violentada al tener sexo. Su equivalencia compleja es: toma la iniciativa y no seas demasiado poeta a la hora del sexo. Eso incluye usar lenguaje fuerte, no “pedir el favor” de cosas, mover, quitar y poner sin decir nada, sólo haciendo. He escuchado a muchas mujeres decir “no soporto que sea tan tierno cuando estamos haciendo el amor, quisiera gritarle que se porte como un hombre”. ¿Interesante no? La ternura guárdala para el día de los enamorados.
1b. Dominar: Ellas quieren tomar la iniciativa y tener la fantasía de poder en la intimidad. Equivalencia compleja, pues el hecho en que las mujeres quieren también hacer, quieren devorarnos, sin que por ello pensemos que son fáciles o recorridas.
2. Sexo con un extraño: La equivalencia es que no necesitas conocerla desde hace 5 años para tener sexo con ella. Puedes haberla visto ese mismo día y tener intimidad. A las mujeres les excita tener la posibilidad de estar con alguien que no las conoce, que por ende no las puede juzgar y que no les va a exigir nada después.
3. Sexo en público: Es decir, puedes hablarle sexualmente al oído mientras están en un restaurante, una reunión, un asado o lo que sea. Incluso puedes subir la temperatura en el automóvil, en la casa de los amigos, llevarla a un baño, etc. Mi frase es: “si temes el rechazo, serás rechazado.” El miedo se huele a kilómetros.
4. Sexo con otra mujer: Aunque pueda parecer demasiado increíble, pues es una de las fantasías más populares, algunas por simple curiosidad desean experimentar el placer que puede darles otra mujer, así como el placer que ellas pueden dar. Esa fantasía puede o no involucrar a un hombre, y cuando está muchas veces tiene que ser observador, saciando así también la fantasía exhibicionista femenina. Yo digo algo, con las palabras adecuadas, el momento adecuado, el grado de inhibición suficiente, la atmósfera precisa, todo puede pasar. Absolutamente todo, incluso para sorpresa de ellas, para que al otro día sientan que no eran ellas y les pase un escalofrío de vergüenza al pensar en lo que pasó. Para ese entonces tu ya no estarás allí.
5. Juego de rol: Implica que quisieran jugar a ser otras mujeres que no son, una prostituta, una stripper, una policía, cosas por el estilo. La equivalencia compleja de esto es la creatividad, y la capacidad que puedes tener para que ella se sienta libre, entre más libre sea más y mejores orgasmos va a tener, a más cosas se va a arriesgar, más va a aceptar su cuerpo, etc, etc. La timidez es el principal enemigo de la intimidad. En esta categoría se encuentran la fantasía de la maestra que toma a un hombre inexperto y lo “corrompe”, le enseña y lo convierte en su amante ideal. Fantasía más que precisa para aquellos hombres vírgenes o con falta de experiencia, que creen que serán rechazados por eso. Mi creencia en estos casos es: conviértete en su fantasía. Muchas veces he escuchado a las mujeres decir “lástima que sea tan tímido, porque yo le enseñaría lo que es vida con mucho gusto”. Pues bien, analiza esto y deja de acomplejarte, empieza de una vez y satisface la fantasía que muchas tienen de ser maestras. Déjate enseñar. Peor que inexperto, es tímido e inexperto, y peor que ello es tímido, inexperto y sin un poco de valentía para querer cambiar su situación. ¿Por qué crees que hay tantas mujeres que se involucran con hombres mucho más jóvenes que ellas?
Mi reflexión final es esta: si tú eres capaz de quitarte los límites, si eres capaz de abrir la mente, dejar los prejuicios, no esconder el tema sexual, hablar claramente de lo que deseas en frente de un grupo de mujeres, enfrente de la mujer que te gusta, entonces podrás tener lo que quieres. Accede a un estado de deseo que cree que es posible encontrar satisfacción y plenitud, búscalo con la seguridad de que en las sábanas somos mucho más humanos y menos perfectos de lo que pretendemos. Esa seguridad te hará saber que los complejos y tabúes están para romperse, y que puedes incluso liberar el deseo femenino de esas cárceles mentales, de prejuicios, normas y reglas en los cuáles han caído. Carga a tu mundo de sexualidad y muéstralo sin esconderlo, verás como las mujeres encontrarán en ti a ese liberador que puede hacerlas sentir placer, ese placer que solo está en sus fantasías. 
Escrito A.Bonilla